jueves, 6 de agosto de 2020

NOTA: EL “NO”. Fue un hurto a la democracia y HOY más que nunca, actual.

Colombia agosto 06 de 2020/Bogotá, octubre 12 de 2018

 NOTA: EL “NO”

Bien, “De todo hay en la viña del Señor”, los colombianos sí tenemos genética violenta, como también virtudes y cualidades que nos hace un país “sui géneris”, tal vez escogido por Dios, “a futuro”.

La corrupción llegó a nuestra país, el Nueve de abril de 1948, con la pretensión de los “gaitanistas”, antes del Bogotazo, y la inmiscuida acción del revolucionario cubano, Fidel Castro, símbolo del MAL para América Latina.

La nación sumida en la violencia, recibió la influencia del fracasado comunismo, a través de Cuba y Venezuela, sin embargo el señor Álvaro Uribe Vélez, en su primer gobierno sacó al pueblo colombiano de la postración de secuestro de más de cuarenta millones, que no podíamos salir de casa, ni siquiera al vecindario del barrio en el cual residíamos.

Fuimos sometidos por los narcotraficantes, grupos armados ilegales, y delincuencia común, venida de los “reinsertados”, que acostumbrados a la –vida fácil- no se conforman con poco.

Después de que el Presidente Uribe salió del Palacio de Nariño, seguido por el gobierno de “Judas”, quedó la nación envuelta en “mermelada”, CORRUPCIÓN máxima, que terminó con las arcas de nuestro pueblo, bonanza del petróleo e inversión internacional.

El Congreso, ente sucio y despreciable, con peores alcances que el de los sindicatos, es invadido por los –terroristas.

Con la votación para el “NO”, esperanzados, volvemos a respirar, pero es anulada la elección del pueblo democrático y el Nobel de la Paz, inminente judas y secuaces, consumen a los nacionalistas en la ideología de género de oscurentismo - petrismo.

Como creyente colombiana, supliqué al CORAZÓN DE JESÚS, salvara a Colombia de la /ideología de género/, los políticos narco-comunistas y la influencia de los países fraternos en la delincuencia.

Con la elección del señor Iván Duque como Presidente, Colombia vuelve a despertar la esperanza; quiera DIOS MISERICORDIOSO que así sea, y que nuestros vecinos chavistas no continúen “madurando” las nuevas pandillas en nuestro suelo patrio, con la aquiescencia de una parte de la Iglesia y los incautos que se dejan convencer.

Con la contaminada migración chavista, los comerciantes colombianos han despedido a los trabajadores nativos, para acoger a los venezolanos, algunos necesitados a quienes tienen sometidos con bajos salarios y largas jornadas; también porque siendo profesionales, les dan oportunidad de mando y manejo; otros que son delincuentes y subversivos, han entrado “como Pedro por su casa”.

Es la “ley de la compensación”, como lo vivieron  los colombianos en Venezuela, hace décadas, buscando oportunidades laborales, solo que, al contrario, sufriendo la discriminación y el maltrato.

Creo no alcanzar a ver en qué terminará el gobierno del señor Duque.

Sin embargo, MI FE, es que DIOS PADRE CELESTIAL, salvará a los niños, jóvenes, discapacitados y ancianos, valiéndose de la población de gente madura que asuma el gobierno nacional.