viernes, 31 de enero de 2014

De lo que ya se ha dicho…

 “Los muros que nos dividen solamente se pueden superar
si estamos dispuestos a escuchar y aprender
los unos de los otros.”
Papa Francisco
XLVIII Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales.

Con motivo de la reciente entrada de los educandos
y profesores a los planteles,
deseo enfatizar sobre los temas tratados en
ALTablero, a principio del año 2004.

“La ciudadanía es un mínimo de humanidad compartida”.
“Ser ciudadano es respetar los derechos de los demás”.
                                                                                    Antanas Mockus
Un ciudadano actual es educado para el respeto 
de los demás? Generalmente no.
Estamos en la era de los –antivalores- los que
hace décadas enseñaban los padres de familia y los
“maestros”, reforzaban en el ente educativo,
cuando había hogar, cuando había familia

Se afianzaba la orientación ciudadana con la materia
-Cívica y Urbanidad-
Conjuntamente las dos enseñaban a amar a Dios, 
a la familia y a la patria. 
Todo estudiante aplicaba lo aprendido.
Se respetaba el hogar y el contexto. El establecimiento
educativo, el aula, el templo y por supuesto, 
las zonas verdes y la calle. 
Se cuidaban los monumentos. 
Un solo ejemplo: Aprendimos que:
“Quien escribe sobre un muro, es un canalla”. 
 El que pinta en la pared o escribe sobre muros,
 firma el signo del “canalla“, término que pasó a ser 
un vocablo coloquial.
Hace décadas, a quien se le llamaba “canalla”, 
se le ofendía en su más profunda integridad, 
pues se le descalificaba.
“Canalla: Persona despreciable, de malos procederes,
bandido, pillo, pícaro, bribón. Gente ruin y baja.
Epíteto, que con -siete letras-, 
educaba a jóvenes y adultos.
Las ciudades del HOY
En todo lugar dónde se pueda botar “spray”, incluyendo
Monumentos, puertas, ventanas, bardas, árboles, es decir 
que se pueda cambiar con un “grafiti”, la BELLEZA,
 para que la misma luzca como un basurero 
levantado, al que llaman a r t e, 
Las imágenes, carentes de hermosura, son subliminales, 
alusivas a la muerte, la destrucción, el satanismo 
y el sexo vulgar, quitando la dignidad de éste, 
para pasar a la contaminación visual.


domingo, 26 de enero de 2014

«En verdad, Dios no se encierra en lugar alguno.

Comparto la lectura de una  reflexión… de Diciembre 25/12,
para que cada día al amanecer, busques tu “Navidad”,
 la que dejaste el 25 de diciembre de 2013. 
Penétrala en tu corazón... 
Así, siempre serás feliz, nunca estarás solo. 
“En el establo de Belén el cielo y la tierra se tocan.
El cielo vino a la tierra.
Por eso, de allí se difunde una luz para todos los tiempos;
por eso, de allí brota la alegría y nace el canto.
-Al final de nuestra meditación navideña quisiera citar una 
palabra extraordinaria de san Agustín-.
Interpretando la invocación de la oración del Señor:
“Padre nuestro que estás en los cielos”,
él se pregunta: ¿qué es esto del cielo? Y
¿dónde está el cielo?
Sigue una respuesta sorprendente:
Que estás en los cielos significa: 
en los santos y en los justos.
«En verdad, Dios no se encierra en lugar alguno. 
Tampoco el cielo tiene, -definido color-
Los cielos son ciertamente los cuerpos más excelentes 
del mundo, pero, no obstante, son cuerpos, y no pueden ellos 
existir sino en algún espacio; 
mas, si uno se imagina que el lugar de Dios está en los cielos, 
como en regiones superiores del mundo, podrá decirse que las 
aves son de mejor condición que nosotros, porque viven 
más próximas a Dios.
Por otra parte, no está escrito que Dios está cerca de los 
hombres elevados, o sea de aquellos que habitan en los montes, 
sino que fue escrito en el Salmo:
“El Señor está cerca de los que tienen el corazón atribulado” 
(Sal 34 [33], 19), y la tribulación propiamente pertenece 
a la humildad.
Mas así como el pecador fue llamado “tierra”, así, por el contrario, 
el justo puede llamarse “cielo”» (Serm. in monte II 5,17).
El cielo no pertenece a la geografía del espacio, sino a la 
geografía del corazón.
Y el corazón de Dios, en la Noche santa, ha descendido 
hasta un establo: la humildad de Dios es el cielo. 
Y si salimos al encuentro de esta humildad, 
entonces tocamos el cielo.
 Entonces, se renueva también la tierra.
Con la humildad de los pastores, pongámonos en camino, 
en esta Noche santa, hacia el Niño en el establo.
Toquemos la humildad de Dios, el corazón de Dios.
Entonces su alegría nos alcanzará y hará más luminoso el mundo.
Amén”.

lunes, 20 de enero de 2014

En armonía con el Infinito

Satisfactoriamente comparto contigo,
algunas citas bíblicas que enriquecen el libro
y otras, propias del autor.

“En Dios vivimos y nos movemos y tenemos nuestro ser”.
Hechos 17-18 San Pablo.

“Y cuerpos hay celestiales y cuerpos terrestres:
mas uno es la gloria de los celestiales y otra de los terrestres”.
Corintios 15-20. Pablo

“Si hay cuerpo animal, lo hay también espiritual”.
Corintios 15-44. Pablo
“En la casa de mi Padre hay muchas moradas”.

“Y Eliseo oró diciendo: Señor, 
abre los ojos de, éste para que vea.
Y abrió el Señor los ojos del criado y vio el mundo 
lleno de gente de a caballo y carros de fuego 
alrededor de Eliseo”.
Reyes 4, 16:17.

“El fin del Evangelio es la caridad de un corazón puro,
de una conciencia buena y de una fe sincera”.
Timoteo 1,5.


“Una mente henchida de esperanza en sus propósitos, 
atrae los elementos y condiciones para realizarlos”.

“Quien sepa dominar sus pensamientos gobernará 
su conducta”.

-La ley de correspondencia es la influencia del mundo 
invisible para recibir armonía”.

“La ley espiritual atrae influencias de bondad y poder”.

“Cuando nuestros ojos se abran a la verdad, 
el instinto de conservación ahuyentará todo maligno 
pensamiento”.


“Los andrajosos y desarrapados y sucios lo son en el alma
antes de serlo en el cuerpo”.                   
Rodolfo Waldo Triné

domingo, 12 de enero de 2014

'La felicidad es un antídoto' IV

Alejandro Jadad, científico colombiano, catalogado como uno
de los genios que va a cambiar el mundo en este siglo.
Recopilación
Jadad estuvo en Bogotá y habló con la Redacción
de El Tiempo, JORGE QUINTERO
¿Cómo podemos buscar la felicidad?
-Preguntándonos qué es lo que más nos hace felices
e identificando el –verbo- que mejor lo representa.
En mi caso, lo que más feliz me hace es no saber.
Por lo tanto, mi verbo es preguntar.
Una vez hayamos definido esto, hay que buscar la mejor manera
para conjugarlo tan frecuentemente como sea posible
y ayudar a todas las personas a que conjuguen el suyo.
Esta tarea, usualmente, no se puede hacer solo: uno necesita ayuda.
Me di cuenta de que mi peor enemigo soy yo.
Que nadie como yo puede hacerme daño, y por eso creé
una junta directiva personal, que incluye a mis hijas, Alia y Tamen,
y a mi esposa Martha. Ella me enseñó la importancia de pensar
en la máscara de oxígeno.
¿Qué máscara?
Yo tenía la manía de complacer a todo el mundo. Mi esposa me decía:
"Primero tú". Nunca entendí. Una vez, en un avión, escuché
las recomendaciones de seguridad, esas que hablan de las
máscaras de oxígeno.
"Colóquese la máscara primero, aun si viene con niños",
y solo ahí la entendí.
-Preguntarse lo que lo hace a uno más feliz y proteger
su verbo es equivalente-.
Solo si eres feliz puedes ayudar a los demás.
¿Sabes qué es lo que más te hace feliz?
¿Cuál es tu verbo?
¿Tienes puesta tu máscara de oxígeno?
- Yo, respeto su teoría y argumentos. -
Agrego que nada hay más productivo a la felicidad que conocer 
el amor de Dios y saber que existe, aunque algunos científicos, 
no lo expresen abiertamente como Francis S. Collins, 
en su libro "Cómo habla Dios?
Evidencia científica de la Fe"
"Y de qué manera un rediseño sistemático de esas características 
-"mejora humana"- podría afectar nuestra relación con
nuestro Creador?
Bendiciones del cielo para quienes se ocupen del dolor humano, 
las enfermedades y la felicidad.
Será que el señor Alejandro Jadad ha convencido a la OMS
y ha logrado su sueño para aliviar el dolor y proporcionar la felicidad?
¡¡¡Dios por delante de todo!!!
¡No al aborto, al idealismo de género y a la guerra!

miércoles, 8 de enero de 2014

'La felicidad es un antídoto' III

Alejandro Jadad, científico colombiano, catalogado como uno
de los genios que va a cambiar el mundo en este siglo.
Recopilación
Jadad estuvo en Bogotá y habló con la Redacción
de El Tiempo, JORGE QUINTERO

¿El tema que tratamos 
es científico? En su mayoría. 
Casi todo se puede medir. 
Hay métodos y muchísimos 
estudios serios.
"Es claro que lo que se puede 
contar o medir no es suficiente 
para entender los aspectos 
más importantes de
nuestras vidas", dice.
…al científico Jadad 
le ha tocado estudiar 
también filosofía, teología, 
historia y arte.
¿Científicamente estudió el tema?
Sí. Descubrí gran cantidad de estudios respecto 
a lo que nos puede ayudar para lograr niveles 
óptimos de felicidad.
En mis años de formación, 
nadie me habló de lo que era una buena vida 
y una buena muerte, o de mi papel para lograrlo.
Ahí, decidí que no iba a ser el médico tradicional
 y que quería aliviar esos dolores.
¿Somos más felices ahora?
…en los últimos 60 años los niveles de felicidad 
no han aumentado, aunque los ingresos sí. 
Sorprendentemente, las mujeres parecen estar menos 
felices en la mayoría de los países más avanzados del 
mundo, no obstante lo logrado con la igualdad de género.
¡No al aborto, al idealismo de género y a la guerra!

sábado, 4 de enero de 2014

'La felicidad es un antídoto' II

Alejandro Jadad, científico colombiano, catalogado como uno
de los genios que va a cambiar el mundo en este siglo.
Recopilación
Jadad estuvo en Bogotá y habló con la Redacción
de El Tiempo, JORGE QUINTERO
¿Qué podemos hacer?
Entender que está en juego nuestra supervivencia
como especie y que los desafíos que enfrentamos necesitan
respuestas que trasciendan los nacionalismos
o regionalismos triviales.
La tecnología de la información, en particular las móviles,
nos están dando la oportunidad de unir esfuerzos a nivel global
para promover altos niveles de bienestar para nosotros y el planeta.
Existen recursos para hacerlo posible.
No hay justificación para que más de mil millones de personas
en el mundo tengan hambre y no tengan techo, mientras
que el consumismo de una minoría amenaza con acabar
los recursos finitos que tenemos. Y, no son felices.
¿Cómo llegó a la felicidad?
Empecé como médico para curar.
Luego, me convertí en anestesiólogo para calmar el dolor,
pero vi que el dolor y el sufrimiento seguían; entonces
me doctoré en tratamiento del dolor.
Y, cuando trabajé con desahuciados, descubrí que hay 
otro dolor más allá del físico.
He visto a mucha gente infeliz al final de la vida.
¿Cómo es ese dolor?
Usualmente, es causado por una carga tremenda 
de remordimientos, de cosas que dejamos sin hacer, 
de dar poca importancia a lo que es esencial 
en nuestras vidas y darnos cuenta muy tarde.
¿Científicamente estudió el tema?
Sí. Descubrí gran cantidad de estudios respecto a lo que nos puede
ayudar para lograr niveles óptimos de felicidad.
En mis años de formación, nadie me habló de lo que era una
buena vida y una buena muerte, o de mi papel para lograrlo.
Ahí, decidí que no iba a ser el médico tradicional y que quería
aliviar esos dolores.
¿Nosotros, cómo podemos lograrlo?
Entendiendo que es posible, una vez tengamos nuestras
necesidades básicas satisfechas.
Reconociendo que hay mucho que podemos hacer para 
aumentar los niveles de felicidad, que en la mayoría 
de los casos, no cuestan dinero.
¿El dinero compra felicidad?
Hasta satisfacer nuestras necesidades básicas.
                                                                              ¡No al aborto, a la guerra y al idealismo de género!