A los píes hemos colocado
a lo largo de la historia,
zapatos, cotizas, alpargates, sandalias, botas, botines,
tenis,
pantuflas y toda clase de
encubrimiento, que para ellos,
se hayan inventado. Sin embargo, no ha sido suficiente
para cuidarlos…
Lo Importante es recordar que dentro de la creación de nuestro
cuerpo,
nos dieron los píes para sostener nuestra pesada o liviana humanidad,
los kilos de más o de menos, tengamos agua o grasa, los píes,
sumisos, todo el día nos, sostienen, nos llevan
y nos cargan, bien sea caminando, corriendo, apurando
el paso, de píe o sentados. Éstos hacen la fuerza para levantar
el mismo cuerpo, cuando de rodillas o inclinados,
deseamos erguirnos.
El comercio, conjuntamente con el consumo, la moda y la vanidad,
llevan al cuerpo, a través del uso de los zapatos, a la directriz
de la enfermedad.
Las mujeres en aumento de la –queja- deforman sus píes
con juanetes, callos, encarnadas uñas y más.
Qué decir de las afecciones de la columna, el lumbago,
y el Nervio Ciático?
Las piernas, con el tiempo han sufrido en los tendones,
el recogimiento, por la altura de los tacones, y la vena várice,
con lo apreado de las botas y botines.
Los riñones se afectan por el fuerte material de los tacones.
Qué hacen los píes? Nada… ellos resignados, callan y permiten
un sin número de afectaciones al cuerpo, como cómplices en el
cubrimiento de ellos mismos.
Los píes solo descansan, si se lo permitimos, mientras
declinamos el cuerpo.
A mi Reinita.
Al margen:En la planta del píe, están bajo reflejo,
los órganos que conforman nuestra
humanidad. Los reflexólogos los
masajean, como también los dedos,
cada uno, en particular. Dar masaje
a los píes ocasiona relajación y por
supuesto, descanso.
Cuida tus píes, amándolos!
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