Mientras,
Jesús Niño, el alma se me cura
déjala
que se ampare junto a Ti.
Permite
que se allegue con ternura,
a
la suave pajiza de tu alcurnia.
La
preciosa novena de Aguinaldo,
en
la niñez de siete décadas de vida,
acompaña
mi alma que fulgura
de
dicha y paz…no de amargura.
Yo
quisiera Jesús estar mirando,
a
través de la luna la hermosura,
que
irradie tu mirada, al inclinarme,
para
ver de tu Luz hecha ternura,
cerca al buey, indulgente con la mula,
visita de pastores y reyes, con dulzura.
La
sed de amarte con alma enriquecida,
de paz y de alegría,
hazla sentir aquella hermosa cuna,
no
en sombras de silencio, ni de angustia,
para
ofrecer las palmas de mi mano,
invadidas
de amor que en Ti perdura.