Ven,
Espíritu Santo Creador,
Tú,
que eres llamado consolador,
En
cada sacramento te nos das,
Nuestros
sentidos has de iluminar,
Lejos
el enemigo rechazad,
Concédenos
al Padre conocer,
Al
Padre demos gloria, pues es Dios.
San
Alfonso María de Ligorio
Tú,
que eres Espíritu divino, dame fuerza para vencer el mal.
Tú,
que eres Fuego, enciende en mí el fuego de tu amor.
Tú,
que eres la Luz, ilumíname en el camino de Dios.
Tú,
que eres Fuerza y aliento, dame el superar dudas y tentaciones.
Tú,
que eres don de lenguas, enséñame cómo alabarte siempre.
Tú,
que eres nube protectora, cúbreme a la sombra de tu auxilio.
Tú,
el autor de todo don celeste, dame vida renovada con tu gracia,
Santifícame
con tu amor,
Guíame
con tu sabiduría,
Acógeme
con bondad por hijo tuyo,
Y
sálvame por tu inmensa piedad.
Así,
ahora en la tierra, siempre te alabaré y te amaré,
Hasta
alcanzar tu gozo en el cielo.