jueves, 27 de septiembre de 2012

Actitudes de cambio

Las actitudes determinan las emociones, y éstas los sentimientos 

que hacen que nos sintamos bien o mal.
Nos sentimos alegres, tristes, enojados, inseguros, avergonzados, motivados.

No permitir a los sentimientos controlar las emociones para que ellas no 
nos controlen a nosotros, saber que hay equilibrio.

Las tareas o labores que realizamos deben hacernos sentir bien.
Sonreír y realizar lo que nos hace felices, sin lastimar a los demás.

Lamentar es quedarnos en el pasado. 
“Quien coge el arado y mira  atrás, no avanza”, dice el Señor.
Quejarnos nos hace sentir tristes, inconformes: 
por, “lo que pudo haber sido y no fue”.

Llegado un momento adverso, una experiencia de aridez, reflexionar 
con madurez que es perseverancia para llevar un proyecto a feliz término, 
a pesar de los obstáculos.

Con madurez controlamos la ira y allanamos las diferencias sin violencia. 
Madurez es la humildad y el valor de reconocer cuando se está equivocado 
y si la razón está de nuestra parte, no mostrar la satisfacción para decir: 
“Yo lo advertí”.

Madurez es tomar una decisión y sostenerse en ella; es el arte de vivir 
en paz cuando las circunstancias así nos lo presentan.

Paciencia, es libertad de rechazar un placer momentáneo en aras de la felicidad.

Constancia, es vencer las derrotas, es la capacidad  para enfrentar las 
adversidades y frustraciones, sin lamentarnos.

Recopilación del Boletín de Voluntariado hospitalario de la salud  Seccional Cundinamarca, 1978, cuando para la salud aun había humanidad y evangelización.

lunes, 17 de septiembre de 2012

Un joven dijo



Háblanos de la amistad
Y él respondió:
Vuestro amigo es vuestra necesidad satisfecha.
Es el campo que sembráis con amor, y cosecháis agradecidos.
Es vuestra mesa, y es vuestro el hogar que os da su calor.
Porque a Él váis cuando tenéis hambre, y en Él buscáis la paz.
Cuando vuestro amigo os revela su pensamiento, ningún temor os asalta de que el “sí” sea negado.
Y cuando está sumido en el silencio, vuestro corazón está siempre
atento a su Corazón. (*)

Porque en la Amistad, sin palabras, todos los pensaientos, todas las esperanzas, todos los deseos, nacen y se comparten con una alegría callada.
Cuando os separéis de vuestro amigo no os acongojéis;
-Porque lo que más amáis en él, se destacará más claramente en la distancia, como la montaña que el escalador ve con más claridad desde la llanura.
Y que en la Amistad no haya otro propósito fuera del de la incesante compenetración espiritual.
Porque el amor que busca algo distinto al descubrimiento de su propio misterio, no es amor sino una red que se tiende, y en la cual solo lo inútil cae.
Y que lo major sea para vuestro amigo.
Y si tiene que repartir vuestras horas difíciles, que también pueda compartir vuestras horas felices.
Porque, ¿qué vale este amigo que solo buscáis para matar las horas?
 Buscadlo siempre en las horas que vivís.
Porque Él está para llenar vuestras necesidades, mas no vuestros vacíos.
Y en las horas gratas de la Amistad, que haya risas y placeres compartidos.
Porque ante el rocío caído sobre las cosas pequeñas el corazón encuentra su amanecer, y se refresca.
El Profeta, Jalil Gibrán
*Dios! Siempre está ahí.