lunes, 17 de septiembre de 2012

Un joven dijo



Háblanos de la amistad
Y él respondió:
Vuestro amigo es vuestra necesidad satisfecha.
Es el campo que sembráis con amor, y cosecháis agradecidos.
Es vuestra mesa, y es vuestro el hogar que os da su calor.
Porque a Él váis cuando tenéis hambre, y en Él buscáis la paz.
Cuando vuestro amigo os revela su pensamiento, ningún temor os asalta de que el “sí” sea negado.
Y cuando está sumido en el silencio, vuestro corazón está siempre
atento a su Corazón. (*)

Porque en la Amistad, sin palabras, todos los pensaientos, todas las esperanzas, todos los deseos, nacen y se comparten con una alegría callada.
Cuando os separéis de vuestro amigo no os acongojéis;
-Porque lo que más amáis en él, se destacará más claramente en la distancia, como la montaña que el escalador ve con más claridad desde la llanura.
Y que en la Amistad no haya otro propósito fuera del de la incesante compenetración espiritual.
Porque el amor que busca algo distinto al descubrimiento de su propio misterio, no es amor sino una red que se tiende, y en la cual solo lo inútil cae.
Y que lo major sea para vuestro amigo.
Y si tiene que repartir vuestras horas difíciles, que también pueda compartir vuestras horas felices.
Porque, ¿qué vale este amigo que solo buscáis para matar las horas?
 Buscadlo siempre en las horas que vivís.
Porque Él está para llenar vuestras necesidades, mas no vuestros vacíos.
Y en las horas gratas de la Amistad, que haya risas y placeres compartidos.
Porque ante el rocío caído sobre las cosas pequeñas el corazón encuentra su amanecer, y se refresca.
El Profeta, Jalil Gibrán
*Dios! Siempre está ahí.

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