Árboles plantados por Jairo Gaitán Forero |
Cuando yo me conocí, los días
tenían
nombre propio y también
los meses, nos
nombre propio y también
los meses, nos
enterábamos cómo era
considerado cada día; ahora,
para que respetemos
considerado cada día; ahora,
para que respetemos
la
tierra, el agua, los oficios,
y la Creación toda, las entidades
e instituciones, tienen que
e instituciones, tienen que
inventar un nombre, a ver
si la gente, por un día, guarda
respeto a su significado.
Hace siete décadas aprendí
la canción más hermosa,
dedicada al árbol.
Si mal no recuerdo dice:
Plantemos nuevos árboles,
La tierra nos convida,
Plantando cantaremos.
Los himnos de la vida.
Los cánticos que entonan,
Las ramas y los nidos,
Son ritmos escondidos,
Plantar
es dar la vida,
Al generoso
amigo,
Que
nos defiende el aire,
Que
nos regala abrigo.
El
crece con el niño,
El guarda
su memoria,
En el
laurel es gloria,
Y en
el olivo es paz.
Que ríe entre sus flores,
Que piensa, en sus perfumes,
Que alienta, en sus rumores,
El besa con la sombra,
De su frondosa rama,
El a los hombres ama,
Él les reclama amor.
Juan Zorrilla de San Martín
Esta canción la enseñaban
en todos
los colegios y
escuelas para cantando,
ir sembrando.
Se respetaba la naturaleza,
hasta que llegó la demoledora
hasta que llegó la demoledora
máquina del h o m b r e, a comercializar,
y con el mercado enseñar “ecología”, sin bosques,
ni selvas, tampoco humedales.
y con el mercado enseñar “ecología”, sin bosques,
ni selvas, tampoco humedales.
Continuamos vendiendo la madera
colombiana y
construyendo al borde de los
humedales, como
en el de la Conejera y en proyecto, el Van der Hamenn,
en Bogotá.
en el de la Conejera y en proyecto, el Van der Hamenn,
en Bogotá.
La nueva
modalidad es recoger escombros
y rellenar los pocos
humedales que quedan,
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