La familia, único
núcleo que puede y debe defender
a los niños y a los jóvenes.
Hace cincuenta años
viajé a un país del norte.
Siendo joven pensé que jamás vería la descomposición
social, familiar y moral en la cual tuve que sobrevivir.
Hoy, anciana y con muchos testimonios de mi
pasado
trabajo en el aula, reflexiono para decir que es
factible humanizar la
pedagogía.
Los niños, desde todas
las épocas, han sido y
son maltratados, cargan con el lastre desde su familia.
son maltratados, cargan con el lastre desde su familia.
Estos
son ejemplos que aunque suenen sin
importancia, descalifican. Llamarles “gordo,
flaco,
negrita, chiqui, pecoso, mona”, es darles títulos
y apodos que invalidan su verdadera identidad.
Un
niño con Síndrome de Down, era llamado negrita, chiqui, pecoso, mona”, es darles títulos
y apodos que invalidan su verdadera identidad.
“mongólico” y hay, quienes aun hoy, les
llaman
simplemente “down”.
Antiguamente
al niño con lateralidad izquierda se le
llamaba “zurdo”. Lo que ocasionó
pérdida de vidas,
retardo en el aprendizaje y complejos, por la
discriminación
y vergüenza a la cual eran sometidos
por la familia, los profesores y los
compañeros.
Cuántas
décadas tardaron para ser aceptados?
La bóveda del cielo nos cubre a todos |
Lo
anterior, es como un niño con gafas, con muletas,
con prótesis. Son sometidos a
tomar su nombre por
la limitación, la diferencia, el síndrome.
Por ello, son los padres y abuelos quienes
debemos dar buen
ejemplo desde casa.
Sigue II
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