martes, 7 de junio de 2016

DIÓGENES y su Lámpara II

¡Se extasiaba ante el paisaje!
                                                    De sus palabras:
“Aprovechando lo que Dios nos dio, el sol, la luna, el viento,
el cuerpo, el aire, todo el Universo visible y tangible”.
“Creo que la humanidad es un manantial de agua fresca,
dónde se calma la sed del espíritu”.
Sencillo y tranquilo.
Despreció la dependencia del Gobierno Central.
Alguna vez Alejandro Magno le preguntó:
“Diógenes, qué puedo hacer por ti?
Contestó: “Apártate, para que pase el sol”.
Dijo Alejandro:
“Si yo no fuera quien soy, me gustaría ser Diógenes”.
CREÍA EN SÍ MISMO.
Criticó a los corruptos y deshonestos.
“Disfrutemos cuando somos íntegros y huímos de la corrupción.
"No cambiemos por dinero la paz de nuestra conciencia”.
/Se alejó de Corinto cuando su padre, como tesorero,
 le insistió en un peculado o falsificación de la moneda
de los tesoros de la ciudad/.
Mostró desprecio por las banalidades y el convencionalismo.
Inconforme al facilismo y la adquisición de bienes y riquezas.
Sigue parte III

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