lunes, 9 de abril de 2012

COLOMBIA L I B R E

El 9 de abril de 1948, a mí, como a muchos niños y jóvenes se nos “entumecieron los músculos faciales “de por vida”… Es decir, que no volvimos a dar paso a la sonrisa.
La cruel violencia de lo que vimos y vivimos, dejó mutilada nuestra alma y lacerado el corazón de infantes.
-Cada vez que rememoran unos y recuerdan otros, esta fatídica fecha del  “9 de abril de 1948”, revivo los tristes y trágicos acontecimientos que enlutan aun al pueblo colombiano y abonan con indiferencia, toda nuestra violencia. -
Mi sueño de paz lo enterré el 9 de abril de 1998...
Por tanto, haré algunos comentarios, que ya pronunciara en el año 2001, para exhortar a la reflexion, a quienes por desconocimiento, arengan semejante fecha.
Los admiradores de aquel líder, que no saben historia, continúan nombrando –lo que pudo haber sido y no fue- repitiendo de mayores que jamás superaron la ignorancia a esa misma historia, la cual debe ser abonada de verdad.
-Por mi padre, amigo no político, compañero sí, de los discursos de Gaitán, en la Antigua Plaza España.
-Como nuera de su muy fiel admirador amigo y pariente lejano.
-Además nieta de una de las más grandes e inocentes víctimas del 9 de abril del 1948, también amigo de Jorge Eliécer Gaitán, conozco una que otra anécdota de su época.
Así, claramente dejo de nuevo constancia que:
“En el protagonismo histórico les enorgullece mantener viva la truncada suerte de un sobresaliente político, que ignoramos si a su oportuno cargo como presidente de Colombia, la hubiera conducido a la equidad social o al peor de los desastres.
Aun muerto, de pie, en su fría y verde morada del barrio Palermo, no lo dejaron en paz... Hay quienes aseguran que exhumados sus restos, lo llevaron a Venezuela.
Después de 64 años sigue sobrepasando los 50 que él vaticino para lavar su ausencia con sangre.
Sigue el país traspasando la barbarie injusta de los colombianos, con el aporte de vida de los niños y jóvenes reclutados.
-      Mantener una imagen, después de seis largas décadas en las no convincentes  memorias del desamor patrio y el vacío humano, no le hace bien a un país de código genético violento, colonialista e ignorante.
-      Cuando llegue la cordura al perdón y al olvido de una ambición que quedó en la añoranza de un corazón sin fe, será tarde no alcanzar a vislumbrar un ápice de paz en la mente de nuestros nietos.
-      Paradójico, equivocado y contrastante, saber que hay “muchedumbre” leal a esos recuerdos de Judas y Caines.
-      Sin embargo, para los entendidos soñadores y esperanzados colombianos, fácil es encontrar la respuesta y reflexionar sobre el conflicto colombiano.
“Nos parecemos al mundo?” Lecturas dominicales del l5 de abril 2001, que invito a leer...
En abril 6 de 2012, catorce años después de publicado el “artículo de Patricia Lara                            Salive, en la revista Cambio 16, (abril 6 de 1998), continuamos de esperanza en esperanza…


A veces, busco lo inmenso de su inteligencia en la anécdota, que de Gaitán me relatara mi abuelo; aquélla que lo hiciera famoso en “lo penal”, y me desiluciono…Pobre población que vive del débil recuerdo y lo hace aparecer fuerte cada año.
Me encantaría entender si el altruismo y filantropía que la “muchedumbre” creyó de Gaitán existieron, existen y no existirán algún día, para dolor perenne de un país castigado por el odio de la ignorancia de esa chusma que llevaba muy dentro el fanatismo hitleriano, del sepultado comunismo, que causó el “Bogotazo”, que continua ¡bañando nuestro suelo de sangre!
Recordarlo, a cambio de engrandecerlo, avergüenza!
¡Basta!
Vuelvan la cara al cielo y fíjense que el azul, es el reflejo de las aguas del mar, que los partidos politicos de esa desagradable época, se han sepultado en el testimonio de las abstenciones.
Que los símbolos de los partidos no reviven, porque los politicos ya no convencen, porque le han hecho daño al pueblo y a la patria.
El fanatismo muere en los símbolos de los partidos, mientras los odios crecen en los montes y se camuflan en los recintos universitarios.
La verdad en la historia continua distorcionada y débil...
Además del código genético violento que poseemos los colombianos, la premonición de Gaitán sigue castigando los hombros de nuestros niños y la motivación bélica de algunos de nuestros jóvenes. Aumentó la codicia de quienes buscan la vida fácil y se abonó la indiferencia de nuestras clases sociales.
Cómo no?
Parte de los colombianos continua con la sangre untada de sectarismo y el espíritu ausente de Dios.
Las arengas de Gaitán cumplieron más de 64 años

Primera: ” Si avanzo, seguidme; si retrocedo, empujadme; si os traiciono, matadme; si muero, vengadme”.

Gaitán avanzó, lo siguieron. Él traicionó, lo mataron… Él murió, siguen vengando a un fantasma y con su muerte, el país retrocedió.

Segunda: “A mí no me matan porque ninguna mano del pueblo se levantará contra mí. Y la oligarquía no me mata porque sabe que el país se vuelca y las aguas se demorarán 50 años en regresar a su nivel normal”.

Tercera: “Que me maten! y correrán 50 años de sangre”, 

                            vamos en 64.                                    

Las aguas colombianas las más ricas del planeta y en cuya esperanza esta puesta la necesidad de la humanidad, no han regresado a su cauce alimentado por sangre.

Hablando de pérdidas, con el Bogotazo, 9 de abril de 1948, desapareció el tranvía, servicio masivo de transporte.

Noble sería publicar a su honor y a su memoria, con letras de molde,
a página completa:
- Te amé Colombia por permitirme enarbolar tu bandera!
 - Ojala que tu pueblo me olvide para dejar en paz mi alma.
- Me arrepiento de cuanto daño he causado.
- Auguro para ti, pueblo colombiano, que quienes se sintieron traicionados,
y me mandaron matar, un día no lejano te dejen en libertad, como también a mis fanáticos adeptos.
¡Quiero descansar en la paz del Señor!

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