Los Congresista y su instalación…con motivo del 20
de julio y la coincidencia de las
lecturas y el Evangelio del 21, que los
políticos colombianos desconocen.
¡Colombia!
Pueblo oprimido,
engañado con las regalías, la concesión de nuestras minas y el explote de una
esperanzada población hambrienta y unos nativos sin derechos.
Miqueas 2, 1-5
“¡Ay de los
que meditan maldades, traman iniquidades en sus camas;
al amanecer las cumplen, porque tienen el poder!
Codician los campos y los roban, las casas, y se apoderan de ellas; oprimen al hombre y a su casa, al varón y a sus posesiones.
al amanecer las cumplen, porque tienen el poder!
Codician los campos y los roban, las casas, y se apoderan de ellas; oprimen al hombre y a su casa, al varón y a sus posesiones.
"Han
acabado con nosotros, venden la heredad de mi pueblo; nadie lo impedía,
reparten a extraños nuestra tierra." Nadie os sortea los lotes en la
asamblea del Señor."
Salmo 9
Por qué
te quedas lejos, Señor, / y te escondes en el momento del aprieto? /
La
soberbia del impío oprime al infeliz / y lo enreda en las intrigas que ha
tramado. R. El malvado se gloría de su ambición, / el codicioso
blasfema y desprecia al Señor. / El malvado dice con insolencia: / "No hay
Dios que me pida cuentas." R.
Su boca
está llena de maldiciones, / de engaños y de fraudes; / su lengua encubre
maldad y opresión; / en el zaguán se sienta al acecho / para matar a escondidas
al inocente. R.
Pero tú ves las penas y los
trabajos, / tú miras y los tomas en tus manos. /
A ti se encomienda el pobre, / tú socorres al huérfano. R.
A ti se encomienda el pobre, / tú socorres al huérfano. R.
Mateo 12, 14-21
En aquel tiempo, los fariseos, al
salir, planearon el modo de acabar con Jesús. Pero Jesús se enteró, se marchó
de allí y muchos le siguieron. El los curó a todos, mandándoles que no lo
descubrieran. Así se cumplió lo que dijo el profeta Isaías: "Mirad a mi
siervo, mi elegido, mi amado, mi predilecto. Sobre él he puesto mi espíritu para que anuncie el derecho a las naciones. No porfiará, no
gritará, no voceará por las calles. La caña cascada no la quebrará, el pabilo
vacilante no lo apagará, hasta implantar el derecho; en su nombre esperarán las
naciones".
Ya no
tenemos a un "Isaías para que hable a los poderosos", tenemos a
¡Jesucristo!
¡Jesucristo!
A quien
lastimosamente no queremos escuchar.