Civilización KURDA

Reseña de una comunidad con más de 30 millones.

Es un pueblo generoso, comparable a las primeras comunidades religiosas nombradas en la Biblia.

Son víctimas del “ajedrez geopolítico”,  de las cinco naciones que los rodean

Irak, Irán, Rusia, Turquía y Siria, causa por la cual carecen de país

y viven en pobreza absoluta, soportando el rechazo y el hostigamiento. 
En los pueblos que logran habitar son ocupados en labores que denigran 
a la persona, sin derechos, les falta todo reconocimiento humano.  

Nómadas, relativamente desconocidos, descendientes de Anatolia, 
que echó raíces en la inmensa cordillera del Kurdistán.

En su mayoría, son musulmanes y cristianos que viven del pastoreo y la 
elaboración de tejidos de lana de oveja, lo que les facilita hilar sus vestidos.

Por su elegancia, la mujer kurda resalta la cultura de su pueblo.

Manejan trabajo campestre en las planicies del Tigres, 
lo más antiguo de la civilización occidental.

Se convirtieron en un pueblo armado para defenderse del flagelo de las 
naciones que los circundan, cuya persecución, los obliga a bajar de las montañas 
para llevarlos a campos de refugiados y abandonarlos de forma infrahumana.

En pleno siglo XXI los kurdos conservan su vida ancestral, tienen actitudes 
de cambio y algunos de sus líderes, trabajosamente, 
han ocupado cargos públicos.

Es un pueblo admirable porque sobrevive, pese a las adversidades 
y humillaciones a las cuales los han sometido por siglos.