“Amor del mundo que tiene el color y la edad de una mirada
de mujer:
Amor de las muchachas de Bengala, morenas y tángidas, que
discurren –de agua, de arena, de luna- en una atmósfera dorada, a la orilla de
los grandes ríos, bajo el vuelo maravilloso de los pájaros multicolores, a la
sombra de los anchos árboles perezosos.
Amor de las lentas doncellas benzaides hacia quienes las
flores levantan sus brazos de fragancia y en cuya ventana golpea el verano con
sus manos azules llenas de jazmines.
En su célebre escuela de Bolpur “La voz de las selvas”,
Tagore enseñaba a los jóvenes hindúes, con la fuerza silenciosa e irradiante de
su ejemplo, a ser como él puros, amables y bondadosos.
Por la vía de la intuición, de la poesía, del fervoroso
contacto con la naturaleza, de la meditación, de la soledad, los llevaba al
descubrimiento del alma. Esta amabilísima pedagogía resulta bastante
incomprensible para el hombre occidental que se produce extensamente, que anda
sobre el mundo, que carece de capacidad para la soledad que no cree, como el
hindú, en la simple eficacia del “ser” ”.
¡No al aborto!
Bello escrito...
ResponderEliminar¿De donde sacaste "benzaides"? Es mi seudónimo desde hace muchos años; incluso registré un libro titulado : benzaides sombras de sueños,lo dicho, bello escrito, no deje de publicar