Como diría Marden en su Himno Placentero
“Alegrémonos
con la belleza de la primavera, el celeste del éter,
el
canto de los pájaros y la magnificencia de las puestas de sol.
Oigamos
los juegos y las risas de los niños;
respondamos
al saludo cordial de los amigos;
compartamos
el calor afectuoso de mil hogares dichosos,
y
tengamos fe en que sobre tanta belleza alienta
el amor infinito del Creador, que le infunde vida”.
¡Parecido! Se expresaba el P. Salomón Bravo, en su homilía
de Juán.
5,1-3 a 5-6, con la nostalgia del ayer.
Reflexionando,
que hoy, nos escandalizamos por minucias,
Cuando “Tenemos dolores internos sociales
que nos esclavizan”.
Pues, “En este país el que piensa, pierde”.
Sin
embargo, no hay porqué no soñar…
Si
Jesús continua dando amor!
No
importa que “las puestas de sol”, se filtren por la capa de Ozono;
que
los niños rían –SILENCIADOS Y SOLOS-, al frente de cualquier pantalla.
Que
a los pájaros les acompañen
las inmigrantes mirlas.
Que el término amigo, se haya cambiado
por el vocablo "vecino", y nuestro nombre
sea este mismo apelativo.
por el vocablo "vecino", y nuestro nombre
sea este mismo apelativo.
Que los dichosos hogares, ya
no sean tantos… Pues,
“Dios sigue siendo Dios”, la
vida es hermosa porque
el Señor está ahí, dándonos nuevas oportunidades*,
mostrándonos su alianza y fortaleciéndonos con su palabra.
mostrándonos su alianza y fortaleciéndonos con su palabra.
* P. Antonio Manonanni,
S. Bravo, A. Linero y G. Gómez.
P. Javier y Santiago Martín.
Fray Nelson Medina,
sacerdotes que hacen reflexión.
S. Bravo, A. Linero y G. Gómez.
P. Javier y Santiago Martín.
Fray Nelson Medina,
sacerdotes que hacen reflexión.
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