En los aires suspendido de invisibles hilos
elásticos se imprimía
un suave
movimiento; veíanse gran número de ángeles sosteniendo
banderolas con letras de oro que decían: “Gloria In Excelsis!
Por las montañas prometían a los pastores que no
echarían de menos
en el camino, ni el alumbrado de gas, ni las luces
eléctricas.
La estrella que guiaba a los Reyes Magos era una
verdadera
estrella de riquísimos brillantes, que esparcían sus reflejos
sobre el celestial semblante.
P. Luis Coloma, S.J.
Anécdota:
En mayo de 2007
Hice una almohadita, pensando en la diminuta cabecita,
que la estrenaría a través del vientre de la mamita.
Me parecía tan pobre, la -pobre almohadita-, pues no había
sido comprada… Sin embargo supe que no
habría un almacén
en todo el mundo que la vendiera, en sus características.
El único valor fue mi cariño para que la acompañara una linda muñequita;
a
decir verdad, me costaba desprenderme de ella y lo había pensado
más de tres
veces, pues me sentía -cursi-, al entregarla.
Es que, Señor…
“Los obsequios del alma solo los ves Tú y la voluntad
con la cual se dan, Tú eres su testigo.
Permite que les guste, que haya valido la pena hacerla
y que–mi- niña goce con ella, cuando
ya pueda tomarla en
sus manitas, que la acompañe mientras
duerme y la tranquilice si
algo le falta.
Que detrás de este regalito que no ha costado, materialmente nada,
pueda darle
otros, siempre inspirados por Ti.
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