“Es bueno conversar con el silencio.
Solo él responde las preguntas
más grandes”, se dijo y abrió los ojos
al primer
sol de la mañana.
-¡Buenos días! Saludó la mariposa.
¿Quién eres?
-Una semilla.
-¿Qué es una semilla?
-La promesa de un árbol.
¡Qué hermosas palabras! Opinó la
mariposa.
-¿De dónde proviene tu sabiduría?
-De mi conversación con el silencio.
-El silencio es muy sabio.
Y tú eres lo que eres y revoloteó
Y tú eres lo que eres y revoloteó
coqueta en torno suyo.
¡ No al aborto!
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