Anécdota de advertencia en el entorno laboral,
si hay vigencia de algunas normas y reglamentos,
si hay vigencia de algunas normas y reglamentos,
pues las leyes colombianas no se aplican con justicia.
"Cuando hay amenaza de perder un empleo, no cabe duda
que la angustia
aflora, sin embargo, si no hay responsabilidad,
nada temas, bajará la autoestima
y debilitarás el carácter;
descuidarás las funciones.
Si en un momento dado te han
hecho cargos, lo más importante
es hacer “descargos”, por escrito uno
por uno, para que el oficio,
si lo hay, pierda toda validez
laboral.
Procura aclarar o hacer descargos directamente con los jefes
y no con terceros, porque: “De la calumnia, algo queda”.
Se puede solicitar prueba de los
cargos que te son imputados;
por escrito, no de testimonio
porque no es válido, en caso de una
reclamación más seria, a que pueda
haber lugar.
Cuando se difama de un empleado,
lo importante
no es el empleo,
sino el daño moral que
se le causa a
la persona,
la familia y el perjuicio laboral
en la hoja de
vida.
Los malos entendidos que
se
presentan, en la mayoría
de casos obedece al –celo profesional o
laboral.
Los colombianos somos así,
para tener logros o ganar éxito, no lo hacemos “a pulso”, honesta
y sanamente; acostumbramos,
la intriga y si es en país extranjero,
somos apatrias.
Ora y pide a Dios iluminación, como
en los –salmos 91 y 23-
No te aflijas, sé fuerte que Dios vive en cada uno de
nosotros
y nos ha dado
todas las herramientas para defendernos.
El talento, la honestidad y el deseo de surgir,
fortalecen.
Si no entiendes qué puede estar pasando en el entorno
laboral,
reflexiona a ver si te han hecho malas propuestas, puede
ser que,
como en toda empresa colombiana, hay rosca, causa principal
para ganar enemistades sin costo, si la persona no acepta
o saca el cuerpo ante la corrupción.
¡¡Cuidado!!
Triste, pero esa es la realidad, en
Colombia, solo triunfa
el tramposo, el ladrón, el de la
rosca y el que se vende.
A este respecto, abre los ojos y los
oídos, pues
“el mal anda suelto”, haciendo de
las suyas, buscando
terreno abonado –los envidiosos-.
Se fuerte, tus aptitudes compiten y tus
actitudes, que
muchos envidian te harán crecer. Dios
te dio el talento
de lo que otros son huérfanos y por eso
acuden a
embarrarte. No te dejes abatir.
Ten fe en Dios y cálmate!!!
Acuérdate que no naciste en la empresa, en dónde
puedes en este momento ser una víctima.
Si sales, debes estar seguro del pago de la indemnización
y al salir, “sacude tus sandalias...”
¡No a la guerra
y al aborto!
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