miércoles, 23 de octubre de 2013

Carta a un amigo en angustia

Anécdota de advertencia en el entorno laboral, 
si hay vigencia de algunas normas y reglamentos,
pues las leyes colombianas no se aplican con justicia.

"Cuando hay amenaza de perder un empleo, no cabe duda
que la angustia aflora, sin embargo, si no hay responsabilidad,
nada temas, bajará la autoestima y debilitarás el carácter;
descuidarás las funciones.

 Si en un momento dado te han hecho cargos, lo más importante
es hacer “descargos”, por escrito uno por uno, para que el oficio,
si lo hay, pierda toda validez laboral.

Procura aclarar o hacer descargos directamente con los jefes
y no con terceros, porque: “De la calumnia, algo queda”.

Se puede solicitar prueba de los cargos que te son imputados;
por escrito, no de testimonio porque no es válido, en caso de una
reclamación más seria, a que pueda haber lugar.

 Cuando se difama de un empleado, lo importante 
no es el empleo,
sino el daño moral que 
se le causa a la persona, 
la familia y el perjuicio laboral 
en la hoja de vida.

Los malos entendidos que
se presentan, en la mayoría 
de casos obedece al –celo profesional o laboral. 
Los colombianos somos así,
para tener logros o ganar éxito, no lo hacemos “a pulso”, honesta 
y sanamente; acostumbramos, la intriga y si es en país extranjero, 
somos apatrias.  

Ora y pide a Dios iluminación, como en los –salmos 91 y 23-

No te aflijas, sé fuerte que Dios vive en cada uno de nosotros
 y nos ha dado todas las herramientas para defendernos.

El talento, la honestidad y el deseo de surgir, fortalecen.

Si no entiendes qué puede estar pasando en el entorno laboral,
reflexiona a ver si te han hecho malas propuestas, puede ser que,
como en toda empresa colombiana, hay rosca, causa principal
para ganar enemistades sin costo, si la persona no acepta
o saca el cuerpo ante la corrupción. 
¡¡Cuidado!!

Triste, pero esa es la realidad, en Colombia, solo triunfa
el tramposo, el ladrón, el de la rosca y el que se vende.

A este respecto, abre los ojos y los oídos, pues
“el mal anda suelto”, haciendo de las suyas, buscando 
terreno abonado –los envidiosos-

Se fuerte, tus aptitudes compiten y tus actitudes, que
muchos envidian te harán crecer. Dios te dio el talento 
de lo que otros son huérfanos y por eso acuden a 
embarrarte. No te dejes abatir.
Ten fe en Dios y cálmate!!!

Acuérdate que no naciste en la empresa, en dónde 
puedes en este momento ser una víctima.

Si sales, debes estar seguro del pago de la indemnización 
y al salir, “sacude tus sandalias...”


¡No a la guerra y al aborto!

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