En la primera década de mi existencia nos enseñaban pautas de comportamiento como las Obras de
Misericordia, que son catorce,
los Sacramentos, siete, los pecados –contra la
Santa Madre Iglesia,
cinco y los pecados capitales, siete.
Amén de enfatizar en el
"SERMÓN DE LA MONTAÑA o BIENAVENTURANZAS".
A simple vista, hay causas mundanas que ignoramos o tomamos
con indiferencia, sin embargo, desconocer la consecuencia
de los pecados capitales, es exponer nuestra integridad
a enfermedades por malos hábitos y vicios.
De lo que se habla tanto, HOY, y aplicamos poco,
son los Valores Humanos, orientación a nuestras débiles
cargas que pueden superarse con el deseo de mejorar
el entorno familiar, llámese hogar, sitio de estudio
o lugar de trabajo.
Los pecados capitales son siete,
que aprendidos y meditados con sus “contras”,
podremos dominar de forma fácil.
1)
Contra Soberbia – humildad.
2)
Contra
envidia – caridad.
3)
Contra
ira – paciencia.
4)
Contra
Avaricia – largueza.
5)
Contra
lujuria – castidad.
6)
Contra
gula – templanza.
7)
Contra
pereza – diligencia.
Breve concepto que amplía el contexto sobre los
Pecados Capitales.
1)
Soberbia,
mal manejo del orgullo, arrogancia por los bienes logrados.
-Buen manejo del respeto, la sencillez y la disciplina.
2)
Envidia,
rivalidad, celos del bien ajeno -
-Podemos contrarrestar con amor al prójimo. “La caridad mata el
pecado”.
3)
Ira, cólera
desmedida que incluye rencor y llega, incluso a la venganza.
-La paciencia, virtud muy difícil de aplicar en determinadas
circunstancias,
es lo recomendado.
Sin embargo, podremos adoptar
comportamientos que nos
ayuden a
combatirla, por ejemplo el aislamiento en el
instante que percibimos, nos vamos a
–descomponer-
“No dar rienda suelta” al desahogo
temperamental, controlar
la imposición de nuestro punto de vista y
habrá mil alternativas
más de superar la impaciencia.
Con estudio y profundidad, se ha llegado
a saber que:
“no
poder controlar la ira”, es un síndrome, lo que no justifica
un ataque de ira si ponemos de nuestra
parte, permitiendo
recibir alguna ayuda.
Recomendación:
Basta invocar al "Ángel Uriel" y el -furor- desaparece.
4)
Avaricia,
ambición más allá de cuanto hemos obtenido; nos conduce a la tacañería, incluso
hacia nosotros mismos.
-Se supera, dando, siendo generoso con el necesitado. Al dar, entregamos al
hermano, parte de nuestro tiempo, cuando lo escuchamos, lo orientamos y lo
socorremos.
5)
Lujuria,
tendencia desmedida a satisfacer las inclinaciones sexuales, no aceptar nuestra
naturaleza y participar del idealismo de género. --Todo ser humano, dotado de espíritu,
creado a semejanza de Dios puede tener control de este -apetito-, con amor
propio, oración y decoro.
6)
Gula,
apetito desordenado de comer y beber. Sabemos que las consecuencias graves son enfermedades
como la bulimia, la obesidad y sicológicamente, la anorexia.
-A
este exagerado apetito, lo podemos ayudar con conciencia clara a descubrir -qué es lo nos lleva a ingerir-.
Principal amigo: la
disciplina.
7)
Pereza,
negligencia a actuar, que lleva a la indiferencia por el bien ajeno.
-Se contrarresta con esfuerzo por toda labor, trabajo y
actividad. Amor por lo que hacemos, consideración al prójimo, apreciación del
tiempo perdido y sentido de pertenencia.
Fortalecer el espíritu es la
tendencia a luchar
contra el mal y buscar el
Reino de Dios.