lunes, 24 de agosto de 2015

Qué llamo gratitud...

La gracia de vivir en deuda permanente.
Fotos tomadas por Susana
Cuando se ha enterrado gran cantidad de nuestro EGO,
algo difícil es responder preguntas a almas que grandiosamente
son muy valiosas y cuyos sentimientos mantiénense intactos
con el correr de las décadas, sin embargo, una pregunta,
jamás puede quedar sin respuesta.
Quien reconoce un favor abaja su orgullo. Refuerza la sencillez.
Hace crecer la humildad. Humaniza la entrega.
Bendice el corazón, el alma, las manos, las intenciones,
los detalles, los buenos deseos.
Gratitud no solamente en lo físico, en el amor, en la bondad,
en el amparo, en la solidaridad y en la comprensión
a nuestras fragilidades. 
Gratitud por servir de báculo, de pilastra para sostenernos
y fuente de donde hemos obtenido elixir para nuestra vida.
Todo lo anterior como instrumento humano que ha viajado
presente o no, en el sendero de nuestra existencia.
Sobre lo anterior, para mi existe otra gratitud, la más importante,
las gracias que debemos a quienes nos acercan a DIOS
 a través de sus comportamientos adversos o no…
Quien retribuye y no agradece, se queda con la GRACIA.
La gratitud sale del alma.
Porque “todo puede pagarse, menos el favor…”

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