martes, 24 de mayo de 2011

Mes de la Virgen, mes del maestro

Oración del Maestro

Amanece el día Señor y con la aurora mi esperanza.

Un día más que Tú me das para vivirlo junto a mis alumnos.

Qué esperan hoy de mí? Dímelo, Señor. Dime que para llegar a sus jóvenes corazones y a sus mentes anhelantes, debo primero ponerme en paz contigo.

Perdona mis caídas, mis faltas de amor, de justicia y caridad.

Perdona mis pecados de omisión y las veces que no te he sabido llevar al corazón de cada alumno que con sus pasos hacia mí o con su mirada escrutante te ha buscado diariamente a través de cada una de mis actuaciones.

Purifícame Señor con tu Espíritu para que la fuerza de tu paz, de tu sabiduría, de tu bondad y de tu amor, se irradien en cada momento de mi vida y pueda ser digno de mi título de maestro.

Lléname de fe Señor.

Hazme creer siempre en la bondad y en la riqueza de la juventud, hazme comprender, que no puedo enseñar desde el pináculo del orgullo y de la prepotencia sino desde las rocas de la humildad, la fraternidad, la comprensión y el amor.

Haz Señor, que mi voz se eleve hacia Ti a cada instante para que viviendo en permanente oración, sepa descubrirte y descender con afecto y sencillez hasta el misterio de tu presencia en cada corazón.

Señor: habla, actúa, ama y enseña hoy por mí.

Coloca en mi vida y en mis labios la verdad, la justicia, la virtud y la ciencia; lléname de un acrisolado amor a mi profesión y a la juventud para que cada jornada se convierta en una continua y alegre evangelización con el testimonio de mi vida y así pueda anunciarte como Tú me lo has dicho.

Señor en tu corazón y en el de la Santísima Virgen María quiero quedarme en este día junto a mis alumnos y a mis compañeros de trabajo para que todos en amorosa unidad te alabemos siempre. Lucila

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