domingo, 16 de febrero de 2014

P A R A L E L O IV





 Las familias acostumbraban el 
paseo dominical, que comenzaba
con la organización del almuerzo, 
al estilo “picnic” y las viandas;
luego escuchar la retreta de 
música clásica en los parques 
Nacional, Santander y de La Independencia.
Los parques y plazas de recreación, 
hoy son la letrina de los políticos frustrados y de las
mascotas, “bebes” de las familias.

Otra diversión era el cine, con las funciones de matiné,
vespertina y nocturna, durante la semana y los domingos el matinal
para los niños, a las 11 a.m. 
De pronto, el único paralelo sano, haya sido la ciclo-vía
o ciclo ruta, hasta cuando la alcaldía montó negocio.

Las tertulias eran frecuentes en las casas; se amenizaban con 
declamaciones y música instrumental, pero hoy,
-NO HAY FAMILIA-
Los bogotanos amenizaban sus fiestas con el pasodoble, la danza
y pasillo, hasta cuando incursionó la alegre música de
Lucho Bermúdez, Pacho Galán y, para los enamorados, Los Panchos.
En la actualidad, la contaminación auditiva, es un estrambótico
ruído que desespera,  en las calles, eventos, celebraciones,
supermercados, centros comerciales y espacio abierto.
Música? No, ruído satelital.
                                  
Del año 50 atrás, se recreaban remando en los lagos San Cristóbal,
 al sur y El Lago Gaitán, al norte.
Los niños y jóvenes montaban en burro o a caballo en las zonas verdes.
En el hato del Parque Nacional tomábamos leche recién ordeñada
con panela o bocadillo veleño.
Practicábamos tenis, patinaje y disfrutábamos del parque mecánico.
Nuestros mayores, hacían caminatas por el bosque
o leían en los senderos o plazoleta.
Nos recreábamos observando el empedrado Río Arzobispo.
 





Los paseos a Monserrate*, 
para los citadinos; 
 los devotos, iban a los
diferentes Santuarios, como 
Bojacá, Guadalupe y La Peña.





*HOY, en su falda, zona de cuidado. 







1 comentario:

  1. Bogotá, la pobre ciudad de todos, y...de nadie, en cuyos muros ha proliferado "el canalla", menos mal tienes oídos y guardas silencio inmarcesible, NO ojos para llorar la pérdida de tus humedales! TE AMO.

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