Santos
Arcángeles, Miguel, Gabriel y Rafael
Mensajeros celestes al servicio de Dios, que cobijan los sueños
de una humanidad creyente.
Que abren la puerta al corazón, si éste clama el amor y la fe.
Que traen la respuesta a una súplica de consuelo y paz.
E S P E R A N Z A
E S P E R A N Z A
Es la ilusión más
dulce, es la frágil bondad del alma
para consolarnos
cuando latente el corazón se aflige.
La mirada se estanca o
se pierde,
buscando la esperanza
y ella esquiva se aparta, se aleja.
La esperanza es un
algo que no se puede ver sino
en la pupila de los
ojos y en “el alimento del alma”.
Es un hálito de amor
que humillado no aflora,
porque quien espera,
ha estancado el aliento para hacer crecer,
del sueño la ilusión y
de ésta, la espera, en la esperanza…
Qué queda cuando la
esperanza no respondió a las expectativas?
El frustrado dolor de
no haber llegado nada…
¡SÍ¡…
LLEGA LA CALMA... LA BONDAD DEL CORAZÓN DE DIOS,
¡AMOR
y VIDA!
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