sábado, 13 de septiembre de 2014

Yo me amo, tú te amas, nosotros nos ...

La psiquis nos hace jugadas, algunas veces buenas,
otras traicioneras.
Dios nos habla de muchas formas y de mil maneras
y nosotros no lo atendemos.
Cuando suceden supuestas “casualidades”, son iluminaciones.
No permitamos que la psique se imponga de forma adversa.
Con la anterior y doméstica explicación quiero llegar a ti,
para que asimiles cosas y casos, que pueden orientarte.
Evitemos, en lo posible, que nuestros niños crezcan
en un entorno hostil, “colmados” de una educación mal dirigida.
Conozco una familia de más o menos ochenta miembros
 y ninguno acepta, tener traumas...*.
A mi entender:

Trauma – Corte total en el desarrollo de nuestra personalidad, 
que no se supera jamás. Aflora de forma inconsciente en alguna 
etapa de la vida. Detiene la ilusión, circuncisa la libertad.

Frustración – Temporal estancamiento de un deseo, que puede 
superarse, si nos lo proponemos, maduramos y despertamos 
conciencia, con lo cual, subimos autoestima. Nos aceptamos.

Paz – Instantes de reflexión pasiva, que lleva a interiorizar 
la esencia misma del espíritu.

Felicidad – Estado de paz; pareciera que el ser no se “inmuta” por nada.

Reconciliación – Dios, “Padre y dueño del amor”, es respetuoso
del albedrío que nos dio, por eso no escucharemos su voz,
para condenar nuestros actos y/o aprobarlos.
Dejó al sacerdote, único intercesor de indulgencia.
Nadie queda en total paz con su alma,
si no es orientado por un semejante.

Al margen: * “Confesión pública”.
Quisiera no haber sido severa con
los míos, ni demasiado estricta 
con mi prójimo!
No se necesita ser psicólogo para 
aplicar fórmulas…
La vida, con la edad, nos va 
mostrando, garrafales errores 
cometidos, que no podemos 
corregir, ni regresar, en el tiempo.
Si pudiera…y, es imposible, habría 
obsequiado –toneles de indulgencia-.
Solo me queda pedir perdón.



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