sábado, 17 de diciembre de 2011

Intolerancia




Cerca de Tokio vivía un anciano Samurai, dedicado a enseñar a un grupo de jóvenes. Quienes lo conocían comentaban que derrotaba a cualquier adversario.
Una tarde lo abordó un joven guerrero cuya técnica era de provocación. Observaba los equívocos del contrincante y los usaba en el contraataque.
Los jóvenes estudiantes no estaban de acuerdo con el reto, por la desigualdad de edades, pero el anciano aceptó el desafío…
El joven guerrero era vencedor en todas sus luchas y conociendo el prestigio del anciano samurai, fue con el propósito de derrotarlo y arrojó piedras e insultos al maestro. Su provocación se extendió por horas y horas, y el viejo permaneció impasible. Al final de la tarde, exhausto, el guerrero se retiró.
Los estudiantes que no entendían la actitud de su maestro, desilusionados le  preguntaron:
-Cómo pudiste soportar tantos insultos? Hubieras podido sacar tu espada …
El maestro les preguntó:
-Si alguien llega a obsequiarles un presente y ustedes no lo aceptan, de quién es?
-De quien ofrece el regalo, contestó uno de los muchachos.
-Lo mismo vale para la envidia, la ira y las ofensas –dijo el maestro-.
-Cuando no se aceptan, continúan siendo de quien las lleva consigo.

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