“Aguafiestas”
Final del mundial de Fútbol
Treinta y un días de juego por cuatro años y más de
preparación,
en el más apasionado y sucio de los deportes, donde los participantes,
algunos lo hacen por deporte, otros como profesión, y los demás por dinero.
Todo país aspira a ser sede, con la firme intención de
destacarse.
Habrá un lapso de tiempo para la reflexión de los gobiernos
de turno en el país seleccionado?
Qué se puede pensar de estos falsos, -dioses de los antiguos
griegos-
que causa tan apasionada euforia que se convierte en desenfreno,
locura
que lleva al aficionado a la violencia, saqueo, incendios,
asesinato en masa, mientras los
pueblos mueren de hambre?
Analicemos que en esta intemperancia hay población, castigada,
si así puede llamarse a los invidentes que no pudieron ver la carrera
detrás de un
balón, los puntapiés, los mal-intencionados golpes
y el maltrato entre equipos
y jugadores.
Los mudos no pudieron soplar las cornetas, ni propiciar estruendo.
Los sordos, felizmente no tuvieron que oír el interminable canto,
seguido a baladro
y terminado en lamento de los goles que se
encapsulan en la garganta.
Los niños, quedaron afectados de ansiedad, de contaminación,
de violencia.
No les quedó la inclinación a un deporte, sino la fogosidad
de repetir los
besos de idolatría al botín, balón y copa de oro;
los premios de consolación en
las fiestas locales de estímulo al deportista.
SILOS VACÍOS? O, FAROS DE LUZ... |
Las familias que quedaron
pobres por los desmanes,
llanto y duelo por
los muertos,
no alcanza el tiempo para despertar
a la realidad de pérdidas por una
metalizada
organización, la FIFA,
que causa desafuero en las calles
y estadios de los pueblos,
en la
pasión de un movimiento
alimentado de competencia sucia.
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