Recopilación a la homilía del
Padre Salomón Bravo.
…Traen a Jesús un mudo…Mateo 9,32-38.
En este mundo donde la
tecnología se atropella de aparatos y medios
para la comunicación, es cuando
menos nos comunicarnos.
Aunque la humanidad es
poseedora de la innovación de aparatos,
hay falta de comunicación por indiferencia o molestia
asumida
a la interrupción del mundo que hemos cambiado;
un callado entorno
del habla, para construir un estridente ambiente
de escucha.Boatos
que aíslan a las personas en callados recintos
y ámbitos que compiten en la distancia
con otras almas,
en el rotundo silencio, donde no caben los afectos, las
caricias,
ni la comunión del corazón.
"No encontramos un “interlocutor”. |
Qué es un mudo?
Alguien que –no puede- comunicarse, que está
metido en su mundo
de silencio y cuyo silencio
no es sano para nadie,
mucho menos,
para la familia.
Cabría preguntarnos si en cualquier caso de mudez, se nació
mudo
o llanamente, pudo haber nacido solo sordo y, jamás le hablamos.
A cuántos hijos les hemos
vuelto “mudos” y cuántos hijos nos
han vuelto sordo-mudos?
Aplicamos el adagio:
“Hablarle a él, es como hablarle a un muro”. |
Si
hablamos de los enfermos, aun más complicado, aislados,
y sus acompañantes en
la impotencia, lo que también enturbia
la comunicación, solos asumen su dolor,
como: “ovejas sin pastor”.
Cuando
Jesús curó al mudo, causó reacciones de admiración
por parte de unos, y rechazo
por parte de otros.
Lo que fueron, “reacciones de ciegos”, pues:
“No hay mayor ciego que el que no quiere ver, ni
peor sordo,
que quien no quiere oír”.
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