martes, 8 de julio de 2014

Ni habla, ni escucha -boato-

Recopilación a la homilía del Padre Salomón Bravo.
…Traen a Jesús un mudo…Mateo 9,32-38.
En este mundo donde la tecnología se atropella de aparatos y medios 
para la comunicación, es cuando menos nos comunicarnos.
Aunque la humanidad es poseedora de la innovación de aparatos, 
hay  falta de comunicación por indiferencia o molestia asumida 
a la interrupción del mundo que hemos cambiado; 
un callado entorno del habla, para construir un estridente ambiente 
de escucha.Boatos que aíslan a las personas en callados recintos 
y ámbitos que compiten en la distancia con otras almas, 
en el rotundo silencio, donde no caben los afectos, las caricias, 
ni la comunión del corazón. 
"No encontramos un “interlocutor”.
Qué es un mudo?
Alguien que –no puede- comunicarse, que está metido en su mundo 
de silencio y cuyo silencio no es sano para nadie, 
mucho  menos, para la familia.

Cabría preguntarnos si en cualquier caso de mudez, se nació mudo 
o llanamente, pudo haber nacido solo sordo y, jamás le hablamos. 
A cuántos hijos les hemos vuelto “mudos” y cuántos hijos nos 
han vuelto sordo-mudos?
Aplicamos el adagio: 
“Hablarle a él, es como hablarle a un muro”.
Si hablamos de los enfermos, aun más complicado, aislados, 
y sus acompañantes en la impotencia, lo que también enturbia 
la comunicación, solos asumen su dolor, como: “ovejas sin pastor”.
Cuando Jesús curó al mudo, causó reacciones de admiración 
por parte de unos, y rechazo por parte de otros. 
Lo que fueron, “reacciones de ciegos”, pues: 
No hay mayor ciego que el que no quiere ver, ni peor sordo, 
que quien no quiere oír”.

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