sábado, 13 de julio de 2013

La espiritualidad no germina sola V

 Rabindranath Tagore – El Jardinero

Visitando a papá, que vivía en Santa Teresita, 15 años
después de la partida de Rolando, me regaló El Jardinero,
un lindo libro de Tagore, que él amaba en lo más
profundo de su ser, pero cuyo contenido aplicaba poco
a su vida, a mi parecer…

Su primer dueño debió ser Juan Crisóstomo Peña Cristancho,
quien en Tunja, escribió, en una de sus páginas:
”Si este libro lo encuentras entrégalo a Juan C. Peña C.  
XI – 1937”.

Yo no pude cumplir este encargo, solicitado tres años
antes de que yo naciera y cincuenta y tres después,
cuando lo recibí.
De este especial autor me he 
referido en anteriores blogs,
mas no puedo dejar pasar sin 
resaltar de Tagore lo que más 
me ha impactado.
Foto de Susana, J. Botánico Bogotá
J. Botánico, Foto de Susana
Foto de J. Gaitán F.
La Piñuela, Susana Gaitán B.
En el Capítulo LII de su obra, Tagore se refirió así:
“¿Quién eres tú, lector amado, 
que leerás mis poemas de aquí a cien años?
Triste de mí, que no puedo enviarte 
ni una sola florecilla de esta riqueza primaveral; 
ni un simple reflejo de oro que arrancaría 
a las nubes lejanas.
Abre tu puerta, la del corazón, y mira hacia afuera.
Toma de tu florecido jardín las memorias fragantes
de estas flores marchitas de hace cien años.
Que sientas en tu jubiloso corazón la alegría eterna que
cantó una  mañana de primavera enviando su grata voz 
a través de un centenar de años”.


Rabindranath Tagore tuvo razón al pensar que sus
poemas y escritos siempre serían leídos…
Han pasado setenta y ocho años de la edición de este
hermosísimo libro, El Jardinero.
¡No al aborto!

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