lunes, 22 de julio de 2013

La espiritualidad no germina sola VIII


Louise L. Hay -  Usted puede sanar su vida

Cuando mi madre partió definitivamente, hace 15 años, doña Olga Bolaños, 
señora de mi vecindario, me obsequió las fotocopias de:
 “Usted puede Sanar su Vida”.
Después de asimilar el texto, que apliqué  a mi vida, recomendé a mis estudiantes, 
lo que  cariñosamente  llamo “jaculatorias”, y luego a quienes aceptan mi experiencia 
personal, con una sugerencia, de éstas mismas.

 Años más tarde Sarita me regaló el libro y comprendí que mi hija me amaba, 
supe que aunque no se pronunciara, observaba mis necesidades…

El libro es de consulta permanente; quienes lo leemos y aplicamos, aprendemos 
que –las enfermedades no existen, ellas son el producto 
de “conductas y hábitos” creados por nosotros mismos y de cuya oportunidad 
se ha hecho un jugoso negocio.
Mercar con la salud del ser humano, es el mejor sazón, HOY.

Debemos tomar conciencia de que Dios no nos mandó a sufrir,
tampoco a purgar el dolor físico, por falta de amar nuestro cuerpo, pues
lo sometemos a desmanes personales y del entorno.
La práctica y aplicación de contaminadores auditivos, visuales
y de excesos, esclavizan.
-Falta amor propio, amor a la familia, amor cívico y/o a las buenas costumbres, 
práctica de buenos hábitos, aplicar la moral y cuidar el templo 
del Espíritu Santo, cual es el cuerpo.    

LA PRIMERA FUENTE DE SALUD, ALIMENTACIÓN, 
LA SEGUNDA, HÁBITOS Y LA TERCERA, RECREACIÓN.

Para no extenderme a todos los campos, nombraré solo unos.

1 - Hábito de nociva alimentación, por el facilismo de la demanda,
privando a los niños del consumo de alimentos frescos y cocidos,
por el comercio de los alimentos empacados, encaminándolos
a la desnutrición. Ésta, que no solo se obtiene por falta de alimentos 
naturales y sanos, sino por hábitos de consumo en comida expuesta 
a la contaminación y la preparación pre-cocida para largo tiempo.
Amén del contenido depreservantes”.

2 - Desde hace tantas décadas, el hábito de exponernos al sol, con
 el conocimiento del perjuicio de los rayos ultravioletas.

La práctica y aplicación de contaminantes auditivos, visuales
y falta de descanso.



El uso indiscriminado de vacunas, en la proliferación de contagios
y refuerzos, contamina el cuerpecito de los bebés, infantes y ancianos.

Cada vez más, aparecen los llamados “virus”, padecimiento, que
no tiene explicación en el cuerpo médico, ni tratamiento
adecuado por falta de conocimiento de su procedencia
o prevención.

La avenencia de convivir con animales, sometiéndose a diversos contagios 
por el acompañamiento de mascotas, cuya vigilancia en la
precaución de aseo es difícil.
Convivir con animales somete a la humanidad por voluntad propia, 
porque aceptamos o porque nos lo imponen.

Los parques, jardines y zonas verdes en general, de uso para los seres 
humanos, se convirtieron en el lugar de depósito de desechos.

3 – La recreación actual es un –desgaste-, un riesgo.
Para ello hemos creado juegos y deportes que atentan contra
la buena salud y los valores.
Las vacaciones, en épocas pasadas, eran para reponer fuerzas,
descansar el cuerpo, alimentarse bien, respirar aire puro y,
 “volver a crear”.
El turismo explota a quienes ansiosos buscan descanso.



Los llevan a lugares de exploración y alimentan sus almas
en los llamados “deportes de riesgo”.

LAS ENFERMEDADES NO EXISTEN
La especie humana las crea, las atrae, las alberga y las consiente.

Sabido es que con el envejecimiento hay un deterioro, como en cualquier 
cuerpo físico, lo que no es una enfermedad, propiamente dicha, sino el 
desgaste natural, que debemos cuidar y aceptar.

Louise Hay, en el texto de su libro enseña a manejar la psique, para que nos 
acomodemos al envejecimiento y proporcionar a nuestro cuerpo,
la atención de una vida sana, como dice el antiguo refrán:
“En mente sana, cuerpo sano”.
¡No al aborto!

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