Por un Tesorito lejano
Mi interior y casi privado jardín, frente a la ventana del comedor de nuestra casa, lo he cuidado para dedicarlo, pensando en la advocación de la Virgen de Lourdes.
Hoy he dedicado un corto tiempo a podar las plantas, porque empieza la menguante.
Al recorrer el follaje del cilantrillo dejado por ella, mi madre, desprendí unas ramas que casi secas, empobrecían su verdor.
Esta situación me hizo discurrir que cuando éstas se tornen todas secas, los míos, deberán percibir que mis sueños y esperanzas están por perecer…
Me he regocijado un tanto acordándome que hace muchos días no las podo con mi Tesorito, quien todo lo pregunta, pequeña y gran estrellita de luz en mi existencia a quien le puedo hablar…
He reflexionado un tanto y mucho sobre cuando mi amor no me vea rociando o cuidando la riqueza que me legara mi madre, se hará unos cuantos cuestionamientos, pues tener jardín nos hace vivir...
Son once plantas de las cuales cuatro fueron nuestras, seis de mi madre (*) y un lindo recuerdo de doña Alicia de García; lo testimonian las materas, en las cuales aun siguen sembradas.
Qué son las plantas?
Es esa materia viva que da espacio a la privacidad, cuando conversamos interiormente. Son los obsequios ajenos o propios que recibimos, trasplantamos, podamos y disfrutamos.
Hace como tres años éste, mi jardín, pasó a ser el de la Virgen de Lourdes, desde que traje su imagen a casa.
Con uno de los cilantrillos, más exactamente el grande, el de la matera blanca, le enseñé a mi Notica Musical como era un bosque. El tamaño de éste, aparente bosque, era en ese entonces, tan diminuto como su dulce cuerpecito, pues solo contaba menos de dos años. -Ahora cuenta con casi tres- A la fecha, cerca a los cuatro. Mi ilusión crece y crece, mas está lejana…
Hace más o menos tres meses fuimos a la finca, mi Tesorito pidió a mi amor que la llevara al bosque, éste es incipiente en el Cerezal.
A los quince días, volvimos a la finca y mi Tesorito, solicitó dar un paseo de nuevo, por el bosque, mas no se podía recorrer, dada la humedad del lugar y el frío día.
Este recuento de mis privacidades, continuará un día que la inspiración abra el paso a nuevos recuentos de mis plantas, testimonio del estado de ánimo de las personas a quienes nos gusta cultivar un jardín y colaborar con el planeta.