Hermanos en la fe
Si alguna vez sentiste el deseo de contemplar a Jesús Sacramentado, en silencio y privacidad, ya es posible hacerlo.
El Padre Carlos, Párroco de María Madre de las Misiones, en Modelia y sacerdote de la Consolata nos ha hecho un regalo, con motivo de la celebración de Corpus Christi, el 26 de junio de 2011.
Para contemplar a Jesús Sacramentado, solo necesitaríamos visitarlo, sin embargo, dejo estas oraciones, para quienes como yo, deseamos entrar en contemplación, a través de la oración y/o la reflexión.
Qué bien se está Contigo
Qué bien se está contigo
Señor junto al Sagrario!
¡Qué bien se está contigo…
¿Por qué no vendré más?
Desde hace muchos años
Vengo a verte a diario
Y aquí te encuentro siempre,
Amante solitario…
Solo, pobre, escondido,
Pensando en mí, quizás…
Tú no me dices nada
Ni yo te digo nada,
Si ya lo sabes todo,
¿Qué te voy a decir?
Sabes todas mis penas,
Todas mis alegrías,
Sabes que vengo a verte
Con las manos vacías
Y que no tengo nada
Que te pueda servir.
Siempre que vengo a verte
Siempre te encuentro solo
¿Será que nadie sabe,
Señor, que estás aquí?
¡No sé! Pero sé en cambio
Que aunque nadie te amara
Ni te lo agradeciera
Aquí estarías siempre
Esperándome a mí.
¿Por qué no vendré más?
¡Qué siego estoy, qué ciego!
Si sé por experiencia
Que cuando a Ti me llego
Siempre vuelvo cambiado,
Siempre salgo mejor…
¿A dónde voy, Dios mío,
Cuando a mi Dios no vengo?
Si Tú me esperas siempre,
Si a Ti siempre te tengo,
Si jamás me has cerrado
Las puertas de tu amor.
Por otros se recorren
A píe largos caminos,
Acuden de muy lejos
Cansados peregrinos,
Pagan grandes sumas
que no han de recobrar
Por Ti nadie pregunta
De Ti nadie hace caso,
Aquí, si alguno entra,
Solo es como de paso…
Aquí eres Tú quien paga
Si alguno quiere entrar.
¿Por qué no vendré más,
Si sé que aquí a tu lado
Puedo encontrar Dios mío,
Lo que tanto he buscado?
Mi Luz, mi fortaleza,
mi paz, Mi único bien…
Si jamás he venido
que no te haya encontrado.
Si jamás he sufrido,
Si jamás he llorado,
Señor, sin que conmigo
Llorases Tú también…
¿Por qué no vendré más,
Jesucristo Bendito?
Si Tú lo estás deseando,
Si yo lo necesito…
Si sé que no sé nada
Cuando no vengo a Ti.
Si aquí me enseñarías
La ciencia de los santos,
Esa ciencia bendita
Que aquí aprendieron tantos
Que fueron tus amigos
Y gozan ya de Ti…
¿Por qué no vendré más,
Si sé que Tú eres el modelo
Que mi alma necesita,
Que nada se hace duro
Mirándote a Ti aquí?
El sagrario es la celda
Donde estás encerrado.
¡Qué pobre, qué obediente!
¡Qué manso, qué callado!
¡Qué solo, qué escondido!
¡Nadie se fija en Ti!
¿Por qué no vendré más
Oh bondad infinita?
¡Riqueza inestimable
Que nada necesita
Y que te has humillado
A mendigar mi amor!
¡Ábreme ya esa puerta,
Sea esa ya mi vida
Olvidada de todos,
De todos escondida!
¡Qué bien se está contigo!
¡Qué bien se está Señor!
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Si estás de prisa…
Un minuto con Jesucristo
¡Jesús bueno!
Amigo de pobres y enfermos.
Consolador de afligidos y pecadores.
Que derramaste tu sangre por mí.
Dame un dolor profundo de mis pecados.
Dame valor en las tentaciones.
Dame vencer siempre el pecado.
Dame tu fe, tu amor y tu gracia.
Dame vivir todo tu Evangelio.
Dame una gran confianza en Ti.
Enciérrame en tu Corazón.
Cuando me hunda en la vida
tiende tu mano hacia mí.
Que te ame como los Santos.
Que todos ardan en tu amor.
Bendíceme todos los días.
Que ame como madre a tu Madre María.
Y al fin, llámame junto a Ti.
¡Corazón de Jesús en Vos confío!