El 21 de junio de 2010 Nueva York celebró la 4º Fiesta a la Música, esperemos que para 2011, nos vuelvan a sorprender.
El alcalde colocó sesenta pianos, en los parques y calles de la ciudad; que fueron decorados por artistas; el objetivo fue que la gente los tocara, fueran profesionales o aficionados al piano.
Interés en que la música proporcionando deleite a quienes la escuchan y deseando tocar un piano, jamás lo hubieran practicado; por eso procuraron que los pianos fueran a las personas y ellas llegaran a tocar los pianos.
Cabe explicar que la música como lenguaje humano ha sido un dilema de muchos.
Al escuchar el trinar de las aves, el croar de las ranas y el murmullo de las aguas, puede sonar como un concierto. Contrario, el latido de un perro, los rugidos del león y los maullidos de un gato, pues se hace un desagradable ruido y no hay musicalidad.
La música es un lenguaje de fantasía, que comunica sentimientos, dependiendo de su sonido.
Con la música Andina en nuestro país, se unieron las culturas española e indígena, acompañada de instrumentos de cuerda.
En diferentes regiones andinas surgió el Tureño o Torbellino, con influencia hispano-árabe, también con instrumentos de cuerda; la guabina, coral femenino con texto de coplas, acompañada de instrumentos de cuerda, quiribillo, esterillas, guaches, puercos y guacharacas.
En el Caribe la variedad es inmensa: nos deleitamos con la cumbia, el merengue y el vallenato, entre muchos más.
En Chocó el Mapalé y la danza.
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