martes, 7 de junio de 2011

Gratitud de creación

GRACIAS! Señor porque hasta hoy, todo lo he tenido.

Me diste la vida y con ella la maravilla de observar la naturaleza; haber estado en las turbulentas aguas de ríos, lagunas, riachuelos y mares.

Han acariciado mi piel aguas dulces y saladas de este continente y del norte; enjugado mis lágrimas, aguas de cuatro países y aun así, no se han lavado mis culpas, aquellas que no quería cometer y que mi ignorancia permitió.

Las montañas, los prados, los cielos, los amaneceres, las noches, los atardeceres, las estrellas, las aves y las flores, siempre me conmueven.

Las iglesias, templos y capillas me acercan a Ti, especialmente en la soledad y el silencio. Las oraciones, imágenes y rosarios que tengo, aseguran mi devoción.

Gracias, mi amado Jesús por los padres que me diste…cuyos instrumentos para mi vida, me heredaron el color de mi piel, todos mis sentidos, un lindo cabello, completos mis órganos, buena memoria y el talento, donde estás Tú.

Has alimentado mis proyectos y motivado, con el descanso, mis sueños.

Gracias Señor Jesús! porque al ser mi hermano, me diste otros para que gozara del buen ejemplo y de las adversidades, así, me superara.

Gracias por la familia tan grande que me prodigaste; en cada uno encontré causa de amor.

Gracias Padre porque sin sobrarme, todo! Lo he tenido…Muy, sin darme cuenta, he saboreado cuanto sano alimento existe en el mundo, cubierto mi cuerpo con ropajes, escuchado música de todas partes; he bebido lo que ha saciado mi sed y deleitado mi paladar con postres, dulces y manjares; he visto paisajes, uno de los más bellos, donde conocí a Jairo, el esposo que me diste.

Gracias por darme dos hijos que han limado mi soberbia, disminuido mi orgullo, alimentado mi paciencia y aumentado mi necesidad de perdón… Gracias porque de mis cuatro hijos, dos son ángeles, los que hacen el equilibrio de mi gran amor de madre y la realización de ser mujer.

Gracias por los pocos amigos que se han acercado a mí y sin permanecer mucho tiempo a mi lado han dejado la huella de la solidaridad y la deuda de gratitud por cuanto me han ayudado.

Gracias Padre! Son tantas las devociones que tengo y las advocaciones de tu madre María que en cada significado veo tu grandeza.

Gracias, por haber permitido que naciera el día de la Virgen de Lourdes, me bautizaran en su templo, que fuera domingo y sin que mi madre sufriera.

Gracias por haber tenido tanto amor para mí, salvándome del peligro y amparándome cuando estuve, aparentemente sola…

Gracias porque habiendo estado en tantas partes, siempre me obsequiaste seres que me protegieron, me demostraron su amor y su respeto; me auxiliaron y me dieron orientación.

Gracias Señor por todo lo que me has dado, lo que me has iluminado para defenderme y cuando a mi lado, oyes mis quejas y angustias, con tu presencia, me colmas.

Perdóname por las mil y mil y mil veces que te he fallado y guíame para no incurrir de nuevo, en lo que no te agrade.

Sigue Señor mostrándome el camino y la misión para la cual me hiciste. Dibuja, mientras duermo, lo que me convendrá mañana, para no fallarte. Déjame sentir tu presencia, porque solo con ella vale la pena seguir viviendo y porque cuando te siento a mi lado, no me hace falta nada.

Tú, ¡Oh! Señor eres la paz.

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