He cortado mis deudas, he cortado mis ataduras, las puertas de mi casa están abiertas, he olvidado mis amores: Soy libre, y me voy por el ancho mundo!
En cuclillas, agrupados en su rincón, los otros tejen la tela gris de sus vidas, o cuentan su oro entre el polvo, o beben su triste vino, o cantan lánguidas canciones: y me llaman para que regrese a su lado.
Pero yo he forjado mi espada y he vestido mi armadura y mi caballo plafa de impaciencia.
¡Soy libre, es la mañana, y parto a conquistar mi reino!
La Ventana
De repente se abrió de par en par, esta mañana, la ventana de mi corazón que mira a tu corazón.
Y maravillosamente vi mi nombre, aquel con que me nombra tu voz más íntima y querida, escrito sobre las hojas y las flores en tu corazón.
Y esperé silencioso.
Un instante se alzó, volando, el visillo que separa tus cantos de los míos.
Y descubrí que en la claridad de tu mañana, en tu corazón, alguien cantaba mis canciones futuras, las que no he soñado ni cantado todavía.
Y para aprender mis propias canciones, me senté, silencioso, a tus pies.
Rabindranath Tagore
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