jueves, 23 de junio de 2011

Se humilde y obediente

Aprendí que, si me dirijo a Dios Él… toca mi corazón.

Señor Jesús!

Padre Santo, mar inagotable de ternura,

toca mi corazón y verás, como despiertan los sueños enterrados

en las raíces humanas.

Cúbreme con tu presencia que tengo frío, y a veces, me da miedo...

Padre Eterno, lléname de paz.

Creo que tus pies caminaron por el mundo, detrás de mi sombra huidiza.

Aun, me falta voluntad para derribar mis castillos,

las altas murallas de mi egoísmo... Deseo volver a Ti y ser transparencia.

Toca mi corazón, Señor Jesús!

Tócalo, y verás, cómo despiertan

los sueños enterrados en las raíces humanas.


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