viernes, 17 de junio de 2011

La indiferencia no es sana


Cierto día, en una finca,
planearon colocar una
trampa para ratones.

Asustado uno de ellos fue a donde la gallina y le pidió ayuda a lo que ésta contestó: “No es mi problema…”
El ratoncito se dirigió hacia el cordero y repitió la petición de ayuda. El cordero le dijo: Grave cosa, voy a rezar por usted…”

Fue, entonces el ratón hacia donde la vaca, que muy airada le dijo: “Eso no me importa….”

El ratoncito,muy triste,se da por vencido al no haber conseguido ayuda…

Por aquello de la adversidad, fue la dueña de la finca quien piso la trampa, al ser mordida por una serpiente. Muy preocupado el esposo, mató la gallina para alimentar bien a su convaleciente esposa.

Como siguiera tan delicada, mató al cordero para que le durara más tiempo la alimentación.

Sin embargo, la señora se murió, así que tuvo que matar a la vaca para recaudar dinero y pagar el entierro, pues de sus vecinos no obtuvo ayuda.

Moraleja: No debemos engreírnos cuando no hay necesidad. La solidaridad es buena, tanto en la gente, como en los animales, de lo contrario, “todos llevamos del bulto”, como dice el adagio.

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