sábado, 25 de junio de 2011

Orar es una necesidad del alma

Este es el carro de Dios y su mano lo controla y conduce.

La Sabiduría de Dios escoge la ruta, el camino real del espíritu.

La ley del orden y del ajustamiento correcto de Dios se manifiesta en todo su mecanismo.

Por eso, nada impide el progreso de este automóvil; ni causa, ni recibe daño en su tránsito.

El amor de Dios dirige sus viajes.

La presencia de Dios les bendice con Espíritu de paz a sus ocupantes, por eso no hay temor.

La Sabiduría de Dios le inspira vigilancia, buen juicio y decisiones rápidas.

El conductor es un emisario del espíritu.

La paciencia de Dios infiltra temperancia y cortesía.

El amor de Dios le hace veloz en el servicio a Cristo y lento para responder a impulsos destructivos.

El Espíritu del Señor está en él y dirige todos los caminos.

Gracias Padre! Gracias Padre! Gracias Padre!

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